La Ville de la lumière .
El nuevo punto de encuentro para sibaritas, diseñadores y víctimas de las nuevas tendencias en la omnipotente ciudad de la vanguardia lleva por nombre Merci. La palabra que usamos todos y cada uno de los individuos para relacionarnos con la gente quizás ha sido elegida para familiarizar y vincular directamente la vida diaria con el diseño. La experiencia comienza desde que me aproximo al número 111 del Boulevard Beaumarchais en el 3éme arrondissement parisino. Flanquean el pasillo de entrada un restaurante y una cafebrería que pertenecen al complejo. Al cruzar un callejón típico de los edificios parisinos, la bienvenida está a cargo del pequeño y antiguo Fiat 500 quien se posiciona como uno de los protagonistas del lugar emplazado en el patio de la edificación. Cruzar la puerta y encontrar un gran hall de entrada coronado por un domo vidriado que permite la iluminación natural de la tienda impresiona y acoge. Conviven en este plural espacio todo tipo de objetos de deseo. Figuran: muebles, cubertería, ropa, lámparas, libros, textiles y toda clase de artículos de diseño. La locación: una gran casa de 3 niveles restaurada y llena de cosas que ver y comprar. Continuando con el recorrido y bajando hasta el nivel inferior existe la posibilidad de comer dentro de Merci. Una parte de la planta de sótano está reservada para las mesas del restaurante interior en el que es difícil encontrar espacio.
Cada vez que tengo la oportunidad de volver me apasiona mas la vibra y la oferta de cosas que ver y hacer en esta ciudad. Este último séjour á Paris tuve la oportunidad de descubrir nuevos lugares y visitar mis spots preferidos. Uno nunca termina de vivir París. Muy en contra de lo que dice la sabiduría popular de ‘ver Paris y morir’ yo creo que uno tiene que ver París, y volver a ir cuantas veces se pueda. Como siempre recorrer la rue du Fabourg St.-Honoré es un verdadero placer, aunque no es una de las calles más bonitas de la ciudad, goza de una especial gallardía. Al pasear por dichas aceras, la obligada parada en el ´templo sagrado’ del diseño es inevitable. Colette. Al llegar, lleno total. Una multitud de personas viendo los libros, CD’s, lentes, juguetes y accesorios que cualquiera que se precie de ser trendy mataría por tener. En seguida del recorrido obligado baje al sótano por no dejar de recorrer la tienda entera donde me encontré una fiesta: Colette music box. La mencionada 100% electronic session se celebra una vez al mes dentro de la tienda con los más famosos DJ’s del momento como invitados especiales. Los patrocinadores en esta 12ª edición: Warsteiner, Schweppes, Aquapax y Le Stube quienes se encargaron de saciar a los presentes mientras disfrutábamos de la excelente participación de Radio Slave y Nina Kraviz con quienes alterno el artista francés Clement Meyer. Una gozada.
Para cerrar con broche de oro esta extraordinaria visita a la ciudad luz nos dirigimos a Saint-Germain-des-prés, por mucho el mejor barrio de tout Paris. Cultural, divertido, elegante, plural y popular. Nos dirigimos hacia la rue Mazarine no sin antes pasar por la simpática y siempre agradable rue de Buci. En el numero 23 de la calle observamos una cola junto a una pequeña puerta negra, por fuera no se veía indicio de movimiento y nos advirtieron nuestros amigos: hemos llegado. Prescription es el nombre del recóndito bar de moda en Paris. El Cocktail Club es oscuro y pequeño, la luz tenue permite observar la carta e invade la gran barra desde donde salen espectaculares bebidas. Los asistentes bien vestidos y trés parisiens emulan a los socios de un exclusivo Club de alta esfera. La música permite hablar y nos deleita suavemente combinada con el bullicio de un bar con un aire un tanto clandestino. La decoración es excepcional, los sombreros que cuelgan del centro de la escalera hacen sus veces de lámparas para iluminar los pasos que damos al subir a la segunda planta. Visita obligada.
Súper padre tu blog EMPE !! Felicidades, keep it up 😉