Etiquetado: Morelia

Cena en mi casa (Calavera)

A mis abuelos Luisa, Güera, Jorge y Alfonso; y a mi Tía Gloria

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Ya estaba todo a punto para el gran día,

por recibir estaba, muy especiales visitas.

Una sola noche a la vida volvían

para comer, brindar y olvidarnos de las cuitas.

 

Desde muy temprano Vicky empezó a cocinar

La probada Lasagna Julita ocurrió preparar.

Con el recetario herencia de Gloria comenzó a guisar…

cuando la occisa por la puerta muy puntual resultó entrar.

 

¡Señora! Le grito Vicky con la cara desencajada

-‘¿Que no te avisaron que venía?’

Le dijo Gloria soltando una carcajada

-‘…pero no que tan temprano llegaría’

 

El segundo en llegar fue Alfonso mi abuelo

Con su puntualidad ‘don de reyes’ se presentó.

Tanto trabajo le costó bajar del cielo

que con ‘limong’ y un tequila se niveló.

 

¡Bienvenido Compadre! A Don Jorge abrazó

-‘¿Qué hacemos aquí? a Morelia deberíamos de ir’

-‘Échate un tequilita, Compadre’, Don Alfonso le comentó:

-‘Para ver a Monarcas perder mejor me quedo aquí’

 

Más tarde Luisa y Güera se presentaron con prisa.

Su vodka y su Petróleo ya estaban en la mesita.

-‘Venimos de la peluquería’ se morían de la risa

Porque en realidad se había alargado la jugadita.

 

Todos en la chorcha estaban cuando La Parca sin avisar tocó la puerta

-¿Que hacen todos aquí si ustedes ya se habían petateado? preguntó

Venimos desde el cielo sin poder rechazar la oferta

-‘A mí ni me vean’, Vicky se sonrojó.

 

-‘Vengo por el tal Emilio, un Arquitecto…

el que organiza todos los días una pachanga o una cena,

me mandaron sus vecinos que lo quieren ver muerto.

¿Dónde estará el infeliz creador de esta verbena?

 

Emilio Alvarez Abouchard, Ciudad de México 2019

MiMorelia.com

No importa cuando leas esto, seguramente estás a punto de visitar la ‘ciudad de la cantera rosa’ y estás buscando recomendaciones para tu viaje.  Soy un orgulloso moreliano que promueve su ciudad aquí, allá y acullá; y a petición de varios amigos he ido enlistando los lugares que más me gustan y me parecen más interesantes para compartirlos contigo, con ellos y con todos los que quieran tener un recuerdo inolvidable de Morelia.

Hoteles, restaurante, bares, cafés, edificios, monumentos y escapadas de un día componen esta selección probada y aprobada por amigos muy queridos como Juan y Maca (España), Natalia (Colombia), Claudia (Brasil), Max (España), Karen, Ana Paola, Sara, Sofía y la familia Alvarez (México) quienes han visitado la capital michoacana y han disfrutado de estos planes.

Cada quien habla como le va en la feria y tus comentarios acerca de estos y otros lugares/planes son bien recibidos para enriquecer la selección y seguirla compartiendo a todos los amigos que visitan Morelia. Espero que estas recomendaciones sean de tu interés y te ayuden a disfrutar nuestra ciudad para que la recomiendes allá donde vayas.

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La fachada de la catedral de Morelia como remate de la calle Benito Juarez
 

ALOJAMIENTO

Casa DN (Calle Dr. Juan N. Navarro #129 Chapultepec Oriente)

Si el tipo de alojamiento que prefieres es más contemporáneo, te recomiendo esta casa en una de las colonias más céntricas desde donde te puedes trasladar fácilmente hacia todos los puntos cardinales de la ciudad. La propiedad está atendida por mi hermano y mi cuñada; y la remodelación y el diseño de interiores lo hicimos con mucho cariño en mi oficina. ¡Todo queda en familia!

Maja Hotel Boutique (Calle Manuel Carpio 21, Vista Bella)

En este hotel del otrora pueblo de Santa María de Guido te sentirás como en casa, concretamente en la de la familia Huerta. Pues eso era antes de que lo reformaran y lo convirtieran en un acogedor hotel con una de las mejores vistas al centro de Morelia. No te pierdas los uchepos en el desayuno.

Casa Grande  (Portal Matamoros 98 A, Centro)

Hotel Boutique ubicado en una de las esquinas más lindas del Centro Histórico. Sus 12 suites se encuentran sobre el portal Matamoros a un costado del Teatro homónimo y la vista de la Catedral desde su terraza en el tercer piso es majestuosa. La adecuación de esta casa antigua fue proyectada por los arquitectos yucatecos Reyes Ríos + Larraín y llevada a cabo junto a la arquitecta restauradora Gloria Angélica Álvarez Rodriguez.

Villa Montaña (Calle Patzimba 201, Vista Bella)

Hotel Boutique en el barrio de Santa María de Guido al sur de la ciudad. Sus jardines son maravillosos y las vistas de la ciudad son inmejorables.

Cantera 10 (Calle Benito Juárez 63, Centro Histórico de Morelia)

Hotel Boutique en el corazón del Centro. La decoración de interiores es contemporánea y los cuartos que dan a la calle son los mejores para ver la Catedral en diferentes horas del día.

Casa Madero (Av Francisco I. Madero Ote 137, Centro Histórico de Morelia)

Hotel Boutique contemporáneo a 1.5km de la Catedral dentro del primer cuadro de la ciudad. Vale la pena visitar el Callejón del Beso, las Tarascas y el Jardín de Villalongín.

Casa San Diego (Av Acueducto 197, Centro Histórico de Morelia)

Hotel Boutique contemporáneo a 1.5km de la Catedral dentro del primer cuadro de la ciudad. El hotel está sobre la Calzada Fray Antonio de San Miguel, un elegante paseo de cantera cuyo remate es la iglesia más bonita de la ciudad, el Santuario de la Virgen de Guadalupe.

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El ‘túnel’ natural de los arboles de la Calzada de Fray Antonio de San Miguel

RESTAURANTES

Lo primero que debes probar al pisar Michoacán son las Carnitas, porque como las de aquí, no las hay en ningún lado. En Morelia, las de Don Raúl son las que tienen las mejores instalaciones y son tan buenas que incluso salieron en el documental de Netflix ‘Las crónicas del Taco’ (Carpinteros de Paracho 1007, Vasco de Quiroga)

Santomate (Calle Patzimba 56, Vista Bella)

El miembro más nuevo de la familia de restaurantes de Las Trojes se presenta fresco, joven y en tendencia. Simplemente no puedes irte de Morelia sin conocer el lugar más instagrameable de la ciudad. Te recomiendo el Pulpo Lobuonda, los Tinos y el Ribeye de cerdo en salsa de mango habanero. La comida está a la altura de su arquitectura (proyectada y ejecutada por Daniela Bucio Sistos) y el ‘pastel inclusivo’ no tiene desperdicio (pídelo como pastel de cumpleaños)

Lu Cocina Michoacana (Portal Hidalgo 229, Centro Histórico de Morelia)

Comida típica de Michoacán en plein air bajo el Portal Hidalgo en el corazón del Centro Histórico. A cargo de la Chef Lucero Soto, todo está delicioso pero vale la pena probar la Botana Cantinera, las Corundas y las Enchiladas placeras. El mejor plan es sentarse en el portal para ver pasar gente y escuchar la música de la Estudiantina en directo.

La Conspiración de 1809 (Portal Allende 209, Centro histórico de Morelia)

El vecino más nuevo del Centro Histórico se aloja en la Casa Michelena junto a Fortunata  y Jacinta (churrería) y el Café Michelena (cafebrería). Los tres locales son imprescindibles por el diseño de interiores hecho por Luis Laplace, el diseñador argentino afincado en París. La cocina de la Conspiración está a cargo de Cynthia Canela (otrora chef de San Miguelito) y el menú tiene platos estilo cantina. El Vasolote está buenísimo.

San Miguelito (Periférico Paseo de la República S/N, La Loma)

Un clásico de la ciudad a medio camino entre el barrio de Santa María y el Centro Histórico. Éste Restaurante Boutique es un clásico de Morelia donde la decoración es ecléctica y todo está a la venta. La comida mexicana es riquísima sobre todo el Pollo en salsa de tamarindo. No te puedes perder el ‘Rincón de las Solteronas’, una enorme ofrenda a San Antonio de Padua a quien previo ritual de adoración se hacen peticiones de matrimonio bajo los ojos de 850 representaciones del santo de los enamorados, todas de cabeza…

Tata Mezcalería (Bartolomé de Las Casas 511, Centro Histórico de Morelia)

Restaurante de cocina contemporánea a 1km de la Catedral dentro del primer cuadro de la ciudad. Su barra de mezcales y  la terraza son inmejorables. Comenzó como un speakeasy y se ha convertido en un referente tanto para turistas como para locales.

Chango (Sor Juana Inés de La Cruz 129, Centro Histórico de Morelia)

A escasos pasos de Tata, la cocina de Chango está a cargo de Daniel Aguilar Bernal, quien curtido en los porteños fogones de Buenos Aires, ha ido evolucionando su propuesta desde que abrió sus puertas. Ahora destacan los tacos gourmet como el de atún y camarón que son mis favoritos. Buen lugar para cenar y tomar tragos.

El Anzuelo (Perif. Paseo de la República 3180, Cinco de Diciembre)

El restaurante de mariscos más reputado de Morelia. Está fuera del Centro pero vale la pena la visita, sobre todo los domingos de Paella Valenciana hecha religiosamente cada día siete por Augusto Caire el dueño del lugar.

Bio (Av Lázaro Cárdenas 2870, Chapultepec Sur)

Fuera del Centro Histórico, el lugar y la locación no le hacen justicia a la comida y el servicio. Los platillos son de inspiración italiana pero con un toque menos convencional. Todo es EXQUISITO, pero la Brocheta de atún, el Risotto de curry y el Risotto a los dos quesos con camarones son las estrellas. No dejar de probar todos los Carpaccios: Alcachofa, Pulpo y Aguacate.

BARES

La oferta de bares en Morelia se renueva día sí y día también. Lo mejor es consultar al momento con algún moreliano, pero un clásico que lleva muchos años es Sanyago, bar tranquilo con trovadores en directo en el Centro Histórico.

SITIOS TURÍSTICOS CENTRO HISTÓRICO

Para conocer el Centro Histórico de Morelia no hay nada mejor que hacer un recorrido a pie con Deborah Lopéz (Guía Certificada por la Secretaría de Cultura de Michoacán) quien con toda su amabilidad te contará la historia de la ciudad y te ensenará los tesoros que posee. Pídele que no te deje de llevar a:

Santuario de la Virgen de Guadalupe (San Diego)

Calzada Fray Antonio de San Miguel

Templo de Santa Rosa de Lima

Catedral de Morelia

Palacio Clavijero (Exposiciones itinerantes de interés)

Palacio de Gobierno (murales de Alfredo Zalce)

Casa de las Artesanías (cúpulas)

Jardín y Conservatorio de las Rosas

Museo Casa Natal de Morelos

No te puedes ir de Morelia sin ver el espectáculo de luz, sonido y fuegos artificiales del alumbrado de la Catedral que se lleva a cabo todos los sábados a las 20:00h

MORELIA FESTIVALERA

La temporada estelar se lleva a cabo entre octubre y noviembre de cada año con los cosmopolitas Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez quienes han logrado poner los ojos del mundo en nuestra ciudad. Pero existen otros festivales durante todo el año que vale la pena conocer como el Festival Internacional de Órgano de Morelia Alfonso Vega Núñez, Morelia en boca (un festival internacional de gastronomía y vino que se celebra en mayo) y muchos más… 

ESCAPADAS 1 DÍA

Pátzcuaro

Es la ciudad más importante de la región lacustre a orillas del lago de Pátzcuaro. Para dormir te recomiendo el Hotel Posada la Basílica, La Siranda, La Casa de la Real Aduana y El Mesón de San Antonio; Para desayunar, el restaurante del Hotel Posada la Basílica tiene una vista espectacular; Para comer puedes ir al restaurante del Hotel Casa del Naranjo  y si quieres probar charales y pescado blanco hay que visitar al restaurante de la Hostería de San Felipe; para hacer turismo la visita a la Isla de Janitzio desde el embarcadero municipal es imprescindible.

Tzintzuntzan

Es uno de los pueblos más bonitos e importantes alrededor del Lago de Pátzcuaro. Visita la zona arqueológica de Las Yacatas que alguna vez fue templo ceremonial purepecha. Y no dejes de pasear por el Atrio de los Olivos de Vasco de Quiroga dentro del Convento Franciscano de Santa Ana.

Tupátaro

Se encuentra un poco antes de llegar a Pátzcuaro y la visita obligada es a la Iglesia de Santiago Apóstol cuya pintura del techo fue restaurada con la ayuda del consejo Adope una obra de Arte AC.

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Interior del templo de San Francisco dentro del Convento Franciscano de Santa Ana en Tzintzuntzan, Michoacán

Paella Valenciana

‘El punto más cerca de Morelia al mar’ reza el lema de El Anzuelo, el restaurante de mariscos de referencia en la ciudad. Así se prepara la paella que sirven domingo si y domingo también…

Augusto Caire enciende su bocina portátil, se aprieta su mandil ‘de fundidor’ y se corona un sombrero para hacer frente al sol de mediodía. Así comienza el ritual de la preparación de su ya tradicional Paella Valenciana en El Anzuelo, el restaurante de mariscos que fundó hace 30 años con su esposa Silvia Segura en Morelia, Michoacán. El Ingeniero Caire ha preparado la paella todos los domingos desde 1987  y ha sido probada y aprobada por tres generaciones de su fiel clientela que ya comienza a traer a la cuarta: los hijos de los hijos de sus amigos. Es el Día del Padre y habiendo visto a México ganarle 1-0 a Alemania en el Mundial Rusia 2018 me permite observar y tomar notas de la preparación de su famosa creación. No solo para aprender a hacerla, también para dejar constancia escrita del manjar que ha deleitado tantos paladares morelianos durante todos estos años. Augusto enciende la leña con las cajas de madera de los vinos que se decantan en su restaurante y agarra sus palas de madera para iniciar la liturgia. El día del Señor queda inaugurado.

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El Ing. Augusto Caire y su Paella Valenciana

Ingredientes:

Aceite de Oliva

Tocino en trozos pequeños

Pollo en cubos

Cerdo en cubos

Ajo

Cebolla

Pimiento verde en cuadritos

Jitomate Crudo licuado

Chorizo Español en cuadros

Concentrado de Camarón

Caldo de Pollo

Sal de grano

Soya

Condimento ‘Carmencita Paellero’

Azafrán

Ejotes

Jaiba desmenuzada

Almejas en su concha

Arroz ‘impegable’ o ‘precocido’

Camarones

Calamares (Aros y colas)

Mejillones

Chicharos

Pimiento rojo

Modo de Preparación:

El Ingeniero empieza por verter aceite de oliva para nivelar la paellera. Agrega tocino, pollo y cerdo en cuadros y los deja freírse. Mas adelante agrega ajo, cebolla y pimiento verde. Durante algunos minutos se sofríen todos los ingredientes para después  agregar el jitomate crudo y se revuelve. Después incorpora el chorizo español previamente cortado en cuadros de 2cm aprox. Augusto toma perejil deshidratado entre sus manos y lo espolvorea sobre la mezcla. ‘Yo no le quitó nada y todos los ingredientes se cocinan juntos y forman parte del gusto de la paella porque el arroz es el que agarra todos los sabores’. El comentario viene a cuento porque hay quienes preparan la paella por etapas ‘sacando y metiendo’ los ingredientes para su preparación ‘por separado’. Es tiempo de lluvia y Augusto ‘calienta’ la leña debajo del asador ‘para que prenda más rápido’. Miguel Bosé y Carlos Vives amenizan el Día del padre mientras el jefe de los Caire Segura se celebra con su terapia dominical.

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Augusto agrega la sal a la Paella Valenciana que prepara todos los domingos desde 1987 y se sirve en su restaurante El Anzuelo, en Morelia, Michoacán.

Lo siguiente es agregar el concretado de camarón y el caldo de pollo. Una cerveza Stella Artois bien fría es hoy la gasolina para el Ingeniero que da vueltas alrededor del fogón al ritmo de la música. La proporción de sal es un puño para cada diez personas. ‘Luego la pruebo’ y si se pasa de sal hay que agregar papas y zanahorias crudas en pedazos grandes al momento de tener el caldo porque si no ‘no la salvas’ me comenta. Si el problema es contrario, la sal se diluye en caldo o agua caliente y se agrega a la paella aunque el arroz ya se haya incorporado. ‘Hay que calcular la leña porque si se arrebata es malo y si se ahoga también, y para terminar a la hora de la comida hay que estar pendiente’. Si el fuego llega a sofocarse, hay que darle ‘una soplada’ con lo que se tenga a mano ‘esto sigue siendo como el oficio de bracero’ me dice Augusto que prepara la paella con puntualidad inglesa y termina siempre a la misma hora.

Para agregar el azafrán, el Ingeniero mezcla en una olla: media taza de soya, un sobre de condimento ‘Carmencita Paellero’, un puño de azafrán y una pizca de colorante amarillo huevo para que le de color al arroz sin que quede ‘muy comex’. A la mezcla agrega un poco de caldo de pollo y la pone a fuego hasta el primer hervor, esto con la finalidad de que el azafrán suelte el color. Todo lo que se agrega en el sartén se queda ahí y llegará al plato final, me repite. Después de dejar hervir la paellera cerca de 15 minutos se agrega el menjurje del azafrán y se riega media botella de vino blanco. ‘La paella la estoy haciendo para 40 personas, escalo en dieces’. La proporción de arroz es de 1kg por cada 10 personas, en su caso 1,100gr para prevenirse de que la clientela siempre ordena su paella con más arroz.

Para gustos hay colores y para paellas hay cocineros. Pero la del Anzuelo es personalmente especial,  pues Augusto ha perfeccionado la versión que aprendió de mi abuela María Luisa Miaja Isaac hace más de treinta años. Durante todo este tiempo de paellero el Ingeniero ha visto y ha sufrido de todo.  A propósito del azafrán, me platica la anécdota de la ocasión que agregó al sartén un colorante equivocado. El arroz le salió naranja y él, ni tarde ni perezoso salió al paso argumentando que los pistilos de azafrán se los habían traído de Grecia pero el sabor era el mismo. Efectivamente los comensales se comieron sus raciones sin mayor aspaviento y la paellera quedó vacía como todos los domingos.

Augusto mete una cuchara y prueba de sal. Agrega los ejotes y el resto de los concentrados. ‘Cuando empecé le ponía jaiba entera: una panza o una tenaza y pasaba pinzas a los comensales, pero no se la comían’. Lo que hace ahora es agregar la pulpa de jaiba antes de agregar las almejas en su concha. Después tira el arroz y lo distribuye con las palas de madera (reserva un poco para el final). El Ingeniero espolvorea los camarones y las colas de calamar. ‘Acomodas el arroz y ya no le mueves’, solo le proporciona ‘una arregladita’ para mezclar enseguida unas Almejitas Baby que vienen en lata y refuerzan el sabor de las almejas. ‘Dejé unos cuantos camarones para la segunda tirada de arroz’, me alecciona. Si el fuego se arrebata hay que sacar algunos leños. Agrega más tarde algunos calamares en aros ‘de los que se usan para los calamares anzuelo’ y después acomoda estratégicamente los mejillones, cuidando que no estén rotos y en caso de así sea, se tiran en la paella ‘encuerados’.

En la recta final de la paella, Augusto tapa la paellera para que recircule el vapor. La proporción de caldos es de 4-5L para la cantidad de arroz, es decir un litro por kilogramo más o menos. Probamos el arroz y todavía le hacen falta de 5 a 10 minutos con lo cual vuelve a tapar la paella. Los chícharos se pueden agregar cuando tiene un poco de caldo o al final para decorar junto con los pimientos rojos previamente sancochados en aceite de oliva que le dan el toque de color al platillo. La Paella Valenciana queda lista y la culminación del ritual es el último trago que le da a su ‘cervecita’. El Ingeniero lleva 31 años preparando su paella cada ocho días. Sea acompañado de un tequila, un mezcal o una cerveza ni el fútbol dominical lo distrae para cocinar cada domingo.  La preparación ha terminado, se prueba y se dice mmmmm.

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Aspecto final de la Paella Valenciana de El Anzuelo

Morelia, de cine.

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Hace doce años comenzó en nuestra ciudad el rodaje de una historia llena de éxitos. La visión global de Alejandro Ramírez; el espíritu creativo de Cuauhtémoc Cárdenas Jr. y el profundo conocimiento de Daniela Michel han sido los detonantes para, junto a un nutrido grupo de colaboradores, materializar este guion que se escribe con tinta indeleble en la historia de Morelia. El Festival Internacional de Cine de Morelia arranca hoy su décimo segunda edición y lo hace rodeado de una gran expectativa y de los vítores habituales.  Si las inaceptables conductas de nuestros políticos han sido de película, la muestra mexicana de cine más importante a nivel internacional es la ocasión perfecta para demostrar que en nuestro estado hay mucho más de lo que se proyecta en el mundo entero.

Con dos ciudades patrimonio como sedes para la magna celebración, Morelia y Patzcuaro recibirán a lo más granado de la comunidad cinematográfica internacional quienes se daran cita estos días para apreciar no solo cortometrajes y largometrajes extranjeros: el trabajo de cineastas michoacanos será reconocido, como todos los años, a través de la Sección michoacana y el Concurso Michoacano de guión de Cortometraje.

Para la función inaugural y casi como acto de superstición, el segundo del segundo lustro repite la fórmula del año anterior: Director Mexicano + Actores de Hollywood. Alejandro González Iñarritu llega hoy con Birdman a las salas de Plaza Morelia de la mano de Michael Keaton y Edward Norton. La película del ‘Negro’ abrió también la Mostra de cine de Venecia este año tal como lo hacía Cuarón y su Gravity el año anterior: en La Ciudad de los canales y en La Ciudad de la cantera rosa. Para no parar con las coincidencias, Emmanuel ‘El Chivo’ Lubezki, quien igualmente se encargó de la fotografía de la multipremiada  película de Alfonso Cuarón,  encabeza la Dirección de fotografía de esta, la primera proyección del FICM. Dos directores, dos películas, dos ciudades y dos festivales que podrían converger en el máximo galardón de la inductria cinematográfica el año entrante ¿será?

Birdman es la historia de un actor (Keaton) que quiere dejar atrás su fachada de superhéroe que le dio fama por la interpretación del titán que da el título a la película. El otrora -hombre pájaro- adapta un cuento de Raymond Carver, ‘De qué hablamos cuando hablamos de amor’, en una producción de Broadway poco exitosa que pretende ser su homenaje al escritor, a quien conoció en sus juventudes. Sus anhelos de honrar a Carver, quien lo alentó en sus inicios, lo llevan a contratar un actor de Hollywood como coprotagonista (Norton) para mantener a flote un barco que parece hundirse junto con sus relaciones sentimentales.

Por la alfombra roja del Festival de Cine han desfilado decenas de concebidos personajes de la industria quienes junto con los que nos hemos sentado en las butacas de Cinepolis, han disfrutado de inolvidables proyecciones. Los invitados de honor este año son Juliette Binoche, Amos Gitai, Pawel Pawlikowski y Pierre Rissient. Actriz, Director, Cineasta y Promotor; todos ellos se codearán con los habitués que año con año se deleitan con el cine, la gastronomía, las calles y los extraordinarios monumentos que engalanan nuestra ciudad. Si el FICM está a la altura de viejos y consagrados festivales como Venecia, Toronto, San Sebastián y Cannes (con el que además colabora en la Semana de la Crítica) nuestra ciudad no es la excepción. Morelia es la gran anfitriona de este y otros festivales culturales de talla internacional que no ha decepcionado ni a los creadores de la cita, interesados en que los convidados disfruten tanto de la ciudad como lo hacen del séptimo arte.

Celebremos pues, una vez más, esta manifestación de cultura, arte y talento. Una celebración en la que el cine es el pretexto perfecto para demostrar las buenas prácticas de tantas personas valiosas y que nos da motivo para seguir creyendo en nuestro estado y en nuestra ciudad. Este extraordinario evento de ancho calado servirá, no solo para intentar borrar las intolerables escenas que hemos visto pasar en lo más alto de nuestras administraciones, si no para promocionar y sentirnos orgullosos de nuestra regia Morelia. Cantemos “México lindo y querido” compuesta por nuestro paisano Chucho Monge, a quien se rinde tributo esta edición , y disfrutemos de nuestra hermosa ciudad, tan excepcional que pareciera que solo existe en el cine.

Sígueme en twitter: @ebuenavida

(Artículo publicado en Les habitués de FC Gente con Estilo del Diario Provincia, 20 octubre 2014)

Maestro con M de Morelia.

(Artículo publicado en Les habitués por Emilio Buenavida en el suplemento FC Gente con Estilo del Diario Provincia #420 17 de enero del 2014)

Alfredo Zalce y sus bailarinas

Alfredo Zalce y sus bailarinas

Hace 106 años que Alfredo Zalce abrió sus ojos por primera vez en la región sur del lago de Pátzcuaro. Fueron sus observaciones las que, a través del tiempo, nos han permitido a tantos conocer y reconocer los exquisitos paramentos y valores culturales de nuestra tierra. Sus insuperables interpretaciones de lo cotidiano se unen a los usos y costumbres de nuestros paisanos y a los aires de un México post-revolucionario para retratar sus sentimientos y los pasajes de su vida. Sus coloridas pinturas, estilizadas esculturas y conmovedores grabados, nos han hecho gozar, reflexionar y sonreír a quienes nos conmueve su trabajo.

Aquellos afortunados que tuvieron el privilegio de convivir con el Maestro son inminentes testigos de su eterno compromiso con el trabajo. Fue el perpetuo matrimonio que sus manos mantuvieron con el lápiz lo que lo llevo a participar en la escena principal de una obra dirigida por José Vasconcelos, cuyo reparto de primera línea incluía nombres como el de Diego Rivera, con una nación que educar como telón de fondo.

Alfredo Zalce Torres regresó a territorio purépecha a mediados del siglo XX después un largo peregrinaje por la Ciudad de México y la península yucateca. Habiendo participado en diversos colectivos educativos (como maestro de primaria y en las Misiones Culturales) y artísticos (LEAR, TGP) en pro de la enseñanza en México, el calificativo de maestro lo llevaba pintado en el lienzo de su biografía. Zalce llegó a Morelia en 1950 para establecer definitiva residencia en la concurrida Avenida Camelinas y fundar, en esta misma dirección, la que sería su última morada y un taller de especial carácter.

Su estética cubista le valió para retratar tanto objetos como paisajes (Casa del cerro, 1975), personas y animales (El Gallo, 1979), y oficios y disciplinas (Adoberos, 1979), fascinando a tantas y tantas personas con su trazo y colorido. Zalce recurrió a los grandes nombres de las vanguardias europeas para crear un lenguaje propio e interpretar sus imaginarios a través del colorido de Matisse; retratar sus vivencias y costumbres en grandes lienzos como lo hiciera Chagall; y esculpir sus jocosas bailarinas con el gesto de las Señoritas de Avignon que pintara Picasso.

Don Alfredo encontró inspiración en cada persona, en cada rincón y en cada oficio que conoció. Dignificó siempre a los indígenas y enalteció la belleza de la mujer en la mayoría de sus trabajos. Su extensa producción no se limitó a la pintura y la escultura: el virtuoso artista exploró en terrenos tan diversos como la joyería, la cerámica y los tejidos, pasando por el grabado y la litografía. Un creador multidisciplinario cuya bandera era la humildad y no poseía ningún empacho en aprender de sus alumnos en un excepcional taller de puertas abiertas. Así, sus siempre queridas alumnas se convertían en sus musas, colaboradoras y, en algunos casos, hasta instructoras. El consagrado mentor, cuyos alumnos y admiradores con gran cariño y profundo respeto se referían a él como El Maestro, heredó sus conocimientos a un sinfín de personas y formó una cantidad importante de artistas de gran proyección, incluyendo nombres como el de Juan Torres, Gerónimo Mateo, Mara, Mizraím Cárdenas, entre muchos otros.

Impulsor de causas sociales, inquieto educador del pueblo, artista multifacético y enamorado de la figura femenina, Zalce dejó un legado artístico invaluable y un cúmulo de personas que lo recuerdan con especial afecto y admiración. Hace 11 años que el Maestro cerró sus ojos en esta ciudad para dejar de mirar y, aunque a muchos nos encantaría pasar por su cochera y volver a encontrarlo leyendo el periódico, o circulando por las calles en su antigua Brasilia, aquellos amigos, y sus admiradores, nos quedamos con lo más vivo del Maestro: su obra.

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El primero del segundo lustro.

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Con bombo y platillo arrancó el fin de semana anterior la mexicana cita con el séptimo arte. La señorial capital del estado de Michoacán se vestía de manteles largos para recibir a lo más granado de la comunidad cinematográfica internacional. Alfonso Cuarón apadrinaba el primer festejo de la segunda década del consagrado Festival Internacional de cine de Morelia con Gravity. Alejandro, Daniela y Cuauhtémoc, los flamantes creadores de la célebre eventualidad, daban el pistoletazo de salida mientras el aclamado director agradecía la proyección de su cinta en salas. El capricho de Cuarón fue atinadamente concedido y la ceremonia de inauguración tomó lugar en un entorno que no era el habitual. El cacareado largometraje protagonizado por dos de los más conocidos rostros de Hollywood comenzaba con retraso en distintas salas de Cinepolis Plaza Morelia el viernes por la tarde. Obra de Manuel Rocha (padre del arquitecto Mauricio Rocha), el teatro José María Morelos y Pavón ha sido sede de anteriores ceremonias de inauguración, verbigracia la de la décima edición. El estreno de ‘No’ del chileno Pablo Larraín se proyectaba por todo lo alto con Gael García como actor principal de la cinta e indiscutible protagonista del evento en un no muy lejano 2012. El recinto teatral se ha convertido en el sitio oficial de la proyección inaugural de un festival  cinematográfico de talla internacional. Los asistentes a la primera proyección del FICM disfrutamos de Gravity con los lentes bien puestos en formato 3D. Las profecías se cumplían al transcurrir de las imágenes de Sandra Bullock flotando en el infinito. Como apuntaría Carlos Boyero, la película nos tenía en una ‘tensión de primera clase’. No era solo el descontrol de los cuerpos oscilando en gravedad cero lo que nos ponía al filo del desespero; las inmejorables interpretaciones de la talentosa Bullock y el magnífico George Clooney nos obligaban a acompañarlos en su incertidumbre por sobrevivir y su angustia de regresar a salvo a la vida terrenal. La ansiedad se apersonaba constantemente durante la hora y media de proyección. Mientras los astronautas fluctuaban en un abismo espectacular incorrectamente proclamado ‘espacio’, los cinéfilos nos afianzábamos más a la butaca. Los límites del infinito son inexistentes y los cuerpos quedaban constantemente a la deriva dejando como estela un resquemor poco habitual entre los que gozábamos de la epatante función. Fue el desconcierto mismo que nos hizo perder uno de los cabos de la historia.  El cortometraje de Jonás Cuarón se proyectaba acto seguido de los créditos del largometraje de su padre como parte de la historia de la cinta. La aclamada película escrita por el clan Cuarón (padre e hijo) había sido presentada en otras importantes citas de la gran pantalla. San Sebastián acogió de maravilla la película de los mexicanos y la 70 edición de la Mostra de Venecia abría su ciclo con Gravity y sus protagonistas. Tanto allá como aquí la aceptación fue rotunda y los augurios se han ido cumpliendo uno detrás del otro. Ya con la luna a cuestas, puntual arribaba la concurrencia al coctel de inauguración en el insuperable Palacio de Gobierno de Michoacán. La colorida y tradicional Danza de los Viejitos abría la pista de baile colocada en el patio principal del palacio. Bajo la mirada atenta de los revolucionarios de Zalce, los jocundos acordes de la fémina al torno ponían a bailar a los trasnochados cinéfilos. El ánimo nocturno se extendió hasta la tarde del día siguiente con el arribo de una escuálida estudiantina que se paseaba por los portales de la otrora Calle Real de Morelia. El abarrotado corredor compartía viandantes con una concurrida Cerrada de San Agustín. Javier Marín hace uso de este espacio para ponerse a tono con Alfonso Cuarón. Una tercia de colosales cabezas de bronce parece haber caído en la mitad de la ciudad imitando el gesto de la capsula de la Dra. Ryan Stone. El artista lanza el contrapunto poniendo por manifiesto el efecto de la gravedad que el director desafiaba para rodar su película. El emocionante gesto de las habitables esculturas nos generaba, como lo había hecho Gravedad, un sinfín de sentimientos. El encuentro de las artes y  de viejas amistades en un entorno inmejorable, nos conducían al éxtasis mientras chocaban nuestras copas. Por el cine, por el arte, por los amigos y por la ciudad de la cantera rosa.

Historias que se beben.

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Escondido detrás de la puerta del número 511 de la colonial calle de Bartolomé de las Casas, un íntimo y agradable entorno sorprende los parroquianos que suenan la puerta para ingresar al (michoacanísimo) paraíso. Bautizada como mezcalería, Tata es mucho más que una cantina de elite moreliana. El concepto de ofrecer a los comensales una ‘cocina de autor’ inspirada en ‘lo autóctono y lo regional’ marcha fenomenal bajo la batuta de Fermín Ambas, quien forjado en los porteños fogones de Buenos Aires consigue un equilibrio estupendo en cada una de sus creaciones logrando el agasajo total de la concurrida convocatoria. Al ojo del amo engorda el caballo y los creadores del it place de Morelia lo tienen claro, son ellos mismos quienes reciben a su gente como quien abre la puerta de su casa. El espíritu del restaurante recupera la antigua usanza de nuestra tierra y resulta tan propio y original que deviene una experiencia completa.  La tradición artística de la mano michoacana se aplaude en el Tata; el mobiliario, diseñado y fabricado en Pátzcuaro ex profeso para el lugar, convive con creaciones de cobreros de Santa Clara y alfareros de Capula quienes contribuyeron con sus piezas para, junto con artistas contemporáneos morelianos, lograr una armonía en el paramento del restaurante.  Interesantes pinturas, fotografías y grabados cuelgan de las paredes de la añeja casa en el primer cuadro de la ciudad, son ellas quienes probablemente contarían las historias de los convidados, todos amigos, que se acodan en el intrínseco e insuperable patio de Tata para degustar los manjares morelianos regados todos de mezcales y cervezas artesanales.

Bartolomé de Las Casas 511, Morelia, Michoacán

http://www.tatamezcaleria.com.mx

Sabor criollo

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A petición de un gran amigo (que tengo la fortuna de conocer desde hace más de diez años) con quien comparto una serie de gustos diversos entre los que figura la fotografía, me permito escribir esta recomendación y experiencia. La última visita a la ciudad de Morelia tuvo lugar hace no más de dos semanas, en ella, además de saludar a mis más grandes amistades tuve la oportunidad de comer en un restaurante que me gusta mucho. ‘San Miguelito es el lugar donde el pasado y el presente se encuentran, donde se aprende con los ojos a leer en silencio… lo que las palabras no pueden decir…’ Un espacio muy peculiar de mezcla heterogénea con un aderezo especial que recoge la esencia de una cultura mezclada, una cultura que es la nuestra: La cultura mexicana.

La amplia oferta gastronómica moreliana abarca rubros diversos.  El turismo ha propiciado que la ciudad ofrezca a sus visitantes lugares de calidad y con conceptos definidos y especiales. Y el resultado ha sido muy satisfactorio. Después de repasar la lista de sitios nos decantamos por la comida mexicana del San Miguelito. Al hacer entrada en el lugar nos saludaba amablemente la propietaria con una gran sonrisa y el siempre agradecido ¡Bienvenidos! Pasamos a sentarnos no sin antes echar un vistazo al Silvetis, el bar dedicado a la conocida familia de linaje taurino y siempre relacionada con la sociedad moreliana. El restaurante se reparte en distintas zonas,  perfectamente organizadas y ornamentadas hasta el último rincón.

El lugar es fantástico. La mezcla de mobiliario, siempre colorido, alegre  y llamativo; atrapa y evoca sentimientos del folclor y las costumbres michoacanas. Entre los ámbitos del espacioso comedor, el aclamado Rincón de las solteronas es el destino por excelencia de las mujeres que buscan novio. Volteado de cabeza, San Antonio preside el espacio en distintos formatos. El simbolismo de las iglesias del barroco novohispano se hace presente en los colores dorados, en la oscuridad mística y en la magnitud de las figuras religiosas del santo de las mujeres. La herencia que dejaron los peninsulares sobre nuestra tierra y cultura se nota en los motivos utilizados para dar tema y decorar el lugar: la fiesta brava y la religión católica. La comida servida es digna del Patrón. La exquisita mezcla de sabores mexicanos se funde con los productos típicos de la región, haciéndose siempre presentes ingredientes milenarios como el huitlacoche, el chile pasilla, el ajonjolí y el tequila. Los filetes salseados son imprescindibles de probar; los hay agridulces y picosos pero todos ellos muy sabrosos. Y que no hagan aspaviento los melindrosos,  porque de gustos hay para todos…

Sabor criollo y no mestizo pues con orgullo se presentan las tradiciones españolas arraigadas.  Sin embargo, el haber crecido en esta tierra se hace evidente en la manera de preparar las viandas y en los ingredientes utilizados. El San Miguelito, que no solo restaurante,  es un lugar mágico lleno de contrastes donde la cultura mexicana se hace presente en todos y cada uno de los detalles. Desde la construcción vernácula con muros de adobe; hasta la infinidad de obras de artistas mexicanos y artesanías expuestos por doquier.  El Restaurante en concepto Boutique ofrece a la clientela la posibilidad de llevar a casa cualquiera de los objetos en uso y en exposición en caso de desearlo. De no ser así, la experiencia adquirida al observar el ambiente y al degustar los platillos vale mas que estas palabras. Y si el santito les cumple el milagrito, ni la experiencia, ni las piezas, ni el lugar, serán suficientes para agradecer a los dos santos:  San Antonio y San Miguelito.

http://www.sanmiguelito.com.mx/

Foto:

http://www.sanmiguelito.com.mx/