Categoría: Arquitectura

Gómez-Pimienta: ‘La arquitectura siempre es una colaboración’.

(Entrevista publicada en http://yatusabeperiodismo.blogspot.mx/2015/03/gomez-pimientala-arquitectura-siempre.html y en Artes y Vida del Diario Provincia el 20 de abril del 2015)

Bernardo Gómez-Pimienta, como arquitecto de los buenos, es un esteta nato: viste de negro de lunes a viernes y de beige los días de asueto. Maestro en Arquitectura por Columbia University,  Doctor en ídem por la Universidad Europea de Madrid y un largo etcétera de títulos  y reconocimientos, Bernardo ha visto sus ideas materializadas en varias escalas: desde la Escuela Nacional de Teatro hasta el sillón IA pasando por el Hotel Habita y la casa MTY.  Fundó su oficina -bgp arquitectura- en 2003, después de un prolífico periodo en TEN Arquitectos y hoy se consolida como uno de los 8 mejores arquitectos del país. Al observarlo esbozar sus ideas desde la pluma fuente que sujeta con cierto desenfado, es evidente que su mano está muy bien conectada con su cerebro.

Bernardo Gómez-Pimienta presentando sus dibujos sobre la mesa 'Lore' de su autoría.

Bernardo Gómez-Pimienta, uno de los 8 invitados al concurso para el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, presentando sus dibujos en su despacho.

¿Cómo fue tu acercamiento con la arquitectura? Uy…uhm. Pues mira, en mi familia no había ningún arquitecto y desde niño lo único que me interesaba era la arquitectura; así que nunca hubo dificultad de tener que seleccionar que quería hacer, era la única opción y no había otra. Empecé a visitar edificios, ciudades y poco a poco irme interesando en la arquitectura.

Estudiaste en la Anáhuac y ahora eres director de la carrera de Arquitectura en esa universidad. ¿Cómo fue tu época de estudiante?  Antes no teníamos el edificio en el que estamos actualmente, estábamos en unas bodegas lo cual era bastante interesante porque realmente podías ‘ensuciar’ el edifico. Y teníamos algunos profesores  muy talentosos, por ejemplo, tome clases con Mario Pani. También estaba dando clases Ricardo Legorreta y Agustín Hernández (que sigue dando clases en la Universidad). Y conociendo amigos y gente nueva con los que seguimos siendo amigos 30 años después.

¿Qué se enseñaba en la Escuela que ahora no y viceversa? Digamos que la parte de cómputo era inexistente. Ahora tenemos el FabLab (un laboratorio de impresión 3d) y todo se hace de manera digital. En esa época teníamos que estar dibujando todo,  incluso teníamos clases de acuarela.

Que ahora no existen… Tendríamos que volverlas a retomar, eran buenísimas. Y había profesores muy buenos. Gente que había estudiado en la Academia de San Carlos como Mendiola, el arquitecto de la Fuente de Petróleos y la Catedral de Toluca.

Además de diseñar casas, edificios, museos, etc.;  y participar en los concursos de arquitectura más importantes a nivel nacional, diseñas muebles… ¿Cómo comenzaste con los muebles?  Pues era muy fácil. En esa época el país estaba cerrado a las importaciones, entonces no había ninguna marca internacional de muebles. El mercado estaba sumamente limitado. Ahora vas a Masaryk o cualquier lugar de la Cd. De México y tienes muchísimas empresas que venden muebles extranjeros: desde Vitra, hasta la que se te ocurra. En esa época no había, entonces si querías un mueble especial lo tenías que diseñar. Eso me llevo a diseñar primero sillas y mesas. Comenzamos con los herreros y los carpinteros en la obra. Nos tomaba hasta un año para fabricar un mueble, teníamos que perseguir a los maestros para hacer  uno, dos, tres y hasta cinco prototipos. Entonces claro que les interesaba más colocar  las viguetas en la casa que hacer el prototipo de una silla 5 veces.

Hacer un edificio y hacer una silla es exactamente lo mismo: con 6 piezas haces un mueble y con 6000 haces un edificio. Es la misma manera de pensar. -Bernardo Gómez-Pimienta Arquitecto.

Pero sigues diseñando muebles aún con la oferta de las marcas extranjeras… Al final es la misma disciplina. Hacer un edificio y hacer una silla es exactamente lo mismo. Con 6 piezas haces un mueble y con 6000 haces un edificio. Es la misma manera de pensar. Los arquitectos antes siempre diseñaban mobiliario.

Y no solo has diseñado muebles… ¿Cómo bautizas tus piezas de diseño? Varía. En algunos casos tiene que ver con el nombre del cliente. En otros casos son islas. A veces son estrellas, que en el fondo son muy parecidas a las islas: son puntos rodeados de nada. Esto al final tiene mucho que ver con el mobiliario: es una pieza que puedes cambiar de lugar y está en medio de nada.

Diseñaste el proyecto de regeneración de la Avenida Masaryk… El proyecto lo diseñamos todos. La arquitectura siempre es una colaboración, nunca es una sola persona, creo que eso es muy importante de mencionar.

Más que un proyecto parece ser un detonante para que algo suceda… Masaryk es un proyecto urbano, un proyecto muy complejo porque en lugar de tener uno tienes 200 clientes que al final todos se convierten en especialistas  y todos tienen sus ideas preconcebidas. Es una buena oportunidad para demostrar que la ciudad se puede mejorar y no solo deteriorarse. Efectivamente es como el fondo para que sucedan otras actividades.

Por ejemplo… Que haya restaurantes, que haya tiendas, que haya turismo, que la gente pueda pasear,  y que puedas pasear a alguien en silla de ruedas;  que gente con discapacidades también puedan caminar sin ningún obstáculo y que la puedan utilizar. En fin, que la ciudad sea utilizable para todos; que el espacio público sea eso: Espacio Público.

¿Cómo complementarías el proyecto? Eso no depende de nosotros, depende de los clientes. Si un día llega alguno y me dice -Oye quiero tirar la gasolinera y hacer un restaurante- pues eso será una suerte.

¿Crees que hacen falta cosas por hacer en Masaryk/Polanco/Miguel Hidalgo? En la ciudad creo que hay muchísimos espacios que recuperar. No obligatoriamente con los mismos materiales que usamos para Masaryk, pero la recuperación y la apropiación del espacio público por las habitantes es fundamental en una ciudad. En este caso encontramos lugares donde los mismos propietarios habían invadido la vía publica, la estaban privatizando. Creo que lo importante del espacio público es que es el espacio de todos.

Tu despacho concursó  para construir el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México… Fuimos nada más 8 invitados  en todo el país. Fue un proceso muy llamativo ¿Cómo diseñar uno de los 4 aeropuertos más grandes del mundo? Es un programa sumamente complejo. La seguridad cada vez es más estricta; los controles que se tienen actualmente son obsoletos y se podrían evitar con nuevas tecnologías que no se han incorporado en ningún país; los flujos de gente son tales que tienen una dinámica muy particular. El proyecto también está planeado para ser un detonante. Esta zona es una de las más desaprovechadas de la ciudad. Aprendimos mucho y, como en todos los concursos, uno gana y los demás perdemos.

¿Qué opinas del proyecto ganador? Que está muy interesante  y que bueno que esté Foster ahí metido. La información que hemos visto tampoco es demasiada. Es un terreno con muchas complejidades: el subsuelo es sumamente complejo; se inunda 20cms por año;  es una zona desconectada del tejido urbano. Se tendrán que hacer muchas cosas para que el edificio funcione: desde obra hidráulica  hasta transporte público y vías de acceso.

¿Qué piensas del trabajo de Norman Foster?  Tiene muy buenos aeropuertos construidos.

Peter Cook escribió que tu arquitectura es cool y nunca tediosa…  Suena bien. Si lo dijo Cook, suena bueno.

Tienes una colección extensa de libretas con tus dibujos… Alguna que otra… creo que estoy en la 126.

¿Qué dibujas? La gran mayoría son cosas de la vida diaria, lo que pasa en los proyectos o en la obra. Tengo 20 libretas de viajes. Libretas de recorrido por diferentes países o ciudades donde en lugar de tomar una foto que ni siquiera volteas a ver; tienes que analizar, trazar lo que tienes frente a ti y hacer un trabajo de síntesis y de reflexión. Al final acabas reconociendo a ritmo las proporciones y los materiales y te fuerza realmente a estudiarlo y a verlo un poco mejor.

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Conoce mas de su trabajo en: http://www.bgp.com.mx

Bogotá D.C.

Bogotá es una ciudad de ladrillo, un material noble que recibe con orgullo la pátina del tiempo. El hecho de que la metropolí ha sido construida predominantemente por la terra cotta (que dirían los naturales de Roma), podría parecer aburrido. La ciudad está hecha para observarse desde otra perspectiva. La diversión consiste en observar y apreciar los (pequeños) grandes detalles: las juntas de los bloques color naranja, las posiciones en las que se colocan, las siluetas que provocan, los colores de los tantos y tantos ladrillos, los encuentros en la esquinas y hasta los años que han vivido. El color predomina sobre la de desaturación de la ciudad moderna de concreto. No hay saltos de color y existen pocos engendros que sobresalen en el horizonte andino: una mezcla de verde y anaranjado que se cubre de lluvia de tanto en tanto. Orden, franqueza, coherencia y bondad. Construir con un material hecho por el hombre, trabajado con la mano del mismo para crear espacios a ser habitados por otros individuos.

Helena Rizzo y su Maní.

(Artículo publicado en Les habitués por Emilio Buenavida en el suplemento FC Gente con Estilo del Diario Provincia. #440 30 de junio del 2014)

Helena Rizzo-Buenavida

Entre manifestaciones y ecos de protesta, La Copa del Mundo comenzó ayer en el país de la samba, el carnaval y precisamente el futbol. Si los ojos del mundo están puestos en la ciudad brasileña de São Paulo, sede del partido inaugural, las bocas del mundo lo hacen en el Maní, el restaurante de la mejor chef del mundo según la lista de Los 50 Mejores Restaurantes de América Latina.

Helena Rizzo, brasileña de cuna, comenzó sus andanzas sobre la pasarela en su natal Porto Alegre al sur del país. Su belleza la llevo a probar suerte en São Paulo, donde comenzó los estudios de arquitectura mientras seguía modelando. Pero la guapa y carismática brasileña cambio pronto las prendas de diseñador por los impolutos hábitos culinarios. Helena comenzó a trabajar con los paulistas Gero Fasano y Neka Menna Barreto para comenzar antes que tarde por su cuenta: Na Mata Café fue su primera aventura gastronómica que lideró junto a dos socios a los 21 años de edad.

‘Si los ojos del mundo están puestos en la ciudad brasileña de São Paulo…los paladares más exquisitos lo hacen en el Maní…’

Ni lerda ni perezosa, la chef propietaria del Maní e Manioca de São Paulo, comenzó más tarde su peregrinaje por algunas renombradas cocinas del viejo continente. Tras su paso por Italia, Rizzo aterrizó en Cataluña para ocupar un lugar en los fogones del restaurante que ostenta el número 1 del ranking mundial. Joan Roca le abrió las puertas de su Celler de Can Roca y la llevó a comandar su proyecto barcelonés Moo donde conocería a su marido y más tarde cómplice, el Chef Daniel Redondo. En 2006 Daniel y Helena fundaron en el exclusivo barrio paulista de Jardims el restaurante que ocupa el pues 46 del mencionado ranking mundial. Puerta con puerta, el Maní es el cuartel general de los chefs y el Manioca un salón de eventos que sirve de marco para presentar sus creaciones.

Maní-Buenavida

El restaurante Maní es un espacio acogedor, limpio y relajado. El recibimiento corre por cuenta de un árbol de manzanas rojas que a pie de calle anticipa una experiencia especial. Los detalles están perfectamente cuidados: la decoración es sencilla, la atención de los que trabajan en el restaurante es cordial y su vestimenta perfecta. La inspiración de los chefs viene de la vida cotidiana, una propuesta que incluye platos coloridos que ensalzan la cocina brasileña y los ingredientes autóctonos de este enorme país como el tucupí (un caldo semi-picante que se hace a partir de la raíz de la yuca), la mandioca (una planta con la que se preparan harinas) y la jabuticaba (una fruta similar a la uva).

El nombramiento Veuve Clicquot Best Female Chef, es promovido por la revista Restaurant y fue creado en honor a Madame Clicquot, la mujer que presto su nombre para el conocido champán. ‘No soy y nunca he pretendido ser la mejor chef del mundo’  con estas palabras recibió el 28 de abril, en vísperas de la justa mundialista, este importante nombramiento que pretende premiar a las «mujeres innovadoras y audaces». Ahí, en la ciudad de Lima, le aplaudió su compatriota Alex Atala, la mente creativa de renombrados restaurantes paulistanos como D.O.M. y Dalva e Dito. El más conocido embajador internacional de la cocina brasileña comparte la bandera ahora con su colega mujer para llevar más lejos la gastronomía de su patria.

Si bien es cierto que la locación de tan grande acontecimiento fue un detonador importante para dar fama tanto a la cocina brasileña como a ciudadanos que llevan bien puesta la camiseta verde-amarela, no es casualidad que Helena Rizzo haya sido la elegida para llevar la batuta de la gastronomía de su país en este mundial. La propuesta de la multi-ensalzada chef es innovadora en lo culinario y rica en lo cultural y se encuentra preparada para  desafiar a los paladares más exigentes que se den cita estos días en su comedor. Periodistas, críticos y amantes de la buena mesa comparten espacio y tiempo con los amantes del balompié en esta copa latinoamericana que auguran los que saben, se quedará en este continente.

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Paz con P de poeta.

(Artículo publicado en Les habitués por Emilio Buenavida en el suplemento FC Gente con Estilo del Diario Provincia. #431 04 de abril del 2014 Ilustración: Octavio Paz por Camilo Restrepo)Image «Ayer está pasando todavía y nunca acaba y nunca llega“

Fue ayer, hace cien años, cuando el bohemio barrio de Coyoacán vio nacer a quien se convertiría en el máximo escritor de nuestra historia y único Premio Nobel de Literatura (1990) que ha dado nuestra tierra. Octavio Paz creció entre los alaridos revolucionarios, la voz liberal de su abuelo y la biblioteca familiar de su casa en la colonia Mixcoac. Sus andanzas a pie de calle le valdrían como inspiración para transformar lo popular en intelectual y dejar escrito, de su puño y letra, inequívocos retratos de nuestra cultura.

Hace 100 años que nació el mexicano más universal, patriota empedernido de la patria de la ñ y guerrero armado del lenguaje y la palabra. Fueron aquellos primeros años al lado de su abuelo Irineo Paz: político, editor y militante de las guerras liberales, los que construirían el ideario liberal que lo llevó a participar en el frente republicano de la Guerra Civil Española desde su propia trinchera: la literatura. Paz viajo a España en un turbulento 1937 por invitación especial de Pablo Neruda para participar en el Segundo Congreso Internacional de Escritores Antifascistas. Con este viaje, el poeta dio cuenta que la poesía no tiene ninguna necesidad de ponerse al servicio de una causa revolucionaria y terminaría la relación con el también diplomático chileno Neruda.

Paz fue un gran detonador de sentimientos. No fue solo su obra poética o su contradictorio actuar a lo largo de su vida lo que lo hizo acreedor de fieles admiradores y acérrimos detractores. ‘El laberinto de la Soledad’,  publicado en 1950, se convirtió en el espejo en el que nos miraríamos los mexicanos incluso más de cincuenta años después. La historia de nuestras raíces, nuestras conversiones, debilidades, fortalezas, miedos y gozos fueron retratados por el mexicano con atinada ironía, plasmando en aquellos renglones una realidad innegable causando con ello horror y fascinación entre sus conciudadanos.

Marie-Jo Triannin fue la última mujer del autor y la persona con la que recorrió los últimos caminos de su vida. Pero el autor conoció a su primer amor durante su paso por por la facultad de filosofía y letras de la UNAM. La escritora Elena Garro fue la primera esposa de Octavio Paz y juntos procrearon a Helena Paz Garro, única descendencia del también premio Cervantes de literatura quien murió en la víspera del natalicio número 100 de su padre.

Octavio Paz fue sin duda un personaje controversial. Sus ensayos de política son también referencia ineludible de su acervo literario. A través de ellos, externó su pensamiento comunista del que después se deslindaría pero no con ello su sentido revolucionario considerando la misma revolución como la filosofía en acción. Gran opositor del régimen tricolor, Paz renunció al puesto de Embajador de México en La India durante aquel desdichado 2 de octubre en la Plaza de Tlatelolco. Sin embargo, en los albores del siglo XXI, él mismo recortaría la distancia que tanto había proclamado entre el intelectual y el Príncipe acercándose de manera directa a los últimos mandatarios del septuagenario periodo mexicano.

El escritor, poeta, ensayista y diplomático ensalzo la lengua popular mexicana durante su prolífera carrera. Tuvo a bien describir nuestra manera tan propia de hacer bromas “El vacilón es una especie de pinchazo que desinfla globos públicos y privados. Es una advertencia contra la vanidad y la fanfarronería, contra las posturas excesivas o patéticas”; advirtió nuestra manera de eclipsar personas “El ninguneo es una operación que consiste en hacer de Alguien, Ninguno. La nada de pronto se individualiza, se hace cuerpo y ojos, se hace Ninguno. ’’; Y nos hizo ver, picardía incluida, la diferencia entre un Don Nadie y Ninguno “Don Nadie, padre español de Ninguno, posee don, vientre, honra, cuenta en el banco y habla con voz fuerte y segura… Ninguno es silencioso y tímido, resignado. ’’

Este 2014 es sin duda un gran año para la literatura latinoamericana, en nuestra parte celebramos los 100 años del natalicio de nuestro prohombre de las letras del siglo XX y no es casualidad que en nuestro mismo continente en diferentes latitudes se cumplan, 100 años también, del alumbramiento del enorme Julio Cortázar.

El mismo barrio de Coyoacán, cuna de grandes pensadores y artistas, lo despediría 84 años después en la Casa de Alvarado de la calle Francisco Sosa. Marie-Jó Paz lo acompañaría hasta el Palacio de Bellas Artes donde fue visitado por cientos de mexicanos durante tres días. A tal señor, tal honor.  Y a su encomiable aportación a nuestra lengua, la inmortalidad de su obra. Octavio Paz, nuestro gran promotor de las letras hispanas será mejor recordado por su aportación a la prosa que por sus discursos políticos pero sin duda refrendado el el ideario universal de l literatura como un luchador en pro de la palabra.

«Sin entender comprendo: también soy escritura y en este mismo instante alguien me deletrea.“

Octavio Paz

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Un amor surrealista.

(Artículo publicado en Les habitués por Emilio Buenavida en el suplemento FC Gente con Estilo del Diario Provincia. #424 14 de febrero del 2014 )

La inaudita historia de amor entre Salvador Dalí y su musa Gala contradecía la egocéntrica figura que él mismo construyó.

La inaudita historia de amor entre Salvador Dalí y su musa Gala contradecía la egocéntrica figura que él mismo construyó.

25 años después de su muerte, el genio del surrealismo sigue provocando delirios y fascinaciones entre las masas. Excéntrico, narcisista y portentoso, Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, hizo de su persona un personaje, y de su arte un intrínseco legado de sentimientos. Entre sus elefantes, sus relojes y sus cuernos de rinoceronte, aparece, recurrentemente en sus lienzos, una mujer. Gala, una guapa mujer de origen ruso, se convertiría, además de su gran inspiración, en su modelo, su amiga, su compañera y su esposa por más de 50 años. Un amor incondicional enmarcado en una relación atípica, digna de dos insólitos protagonistas que se fundían en uno solo: Gala-Dalí.

Elena Ivánovna Diákonova llegó a la vida de Salvador Dalí en 1929. Un chien andalou se proyectaba por todo lo alto en la ‘Ciudad luz’ y Salvador no perdería la ocasión de estar al lado de su amigo Luis Buñuel (con quien había colaborado en la filmación) y junto  a una nutrida tropa de discípulos de André Breton, abanderados todos del movimiento surrealista. Fue el mismo esposo de Gala, el poeta Paul Éluard, quien la introdujo al mundo del personaje en su morada estival de Cadaqués el verano de ese mismo año.

Ni la diferencia de edad (Gala le llevaba 10 años a Dalí), ni la presión de sus padres por estar con una mujer casada, fueron impedimento para que el artista pintara una historia de amor sui generis  que los llevaría a estar juntos hasta el ocaso de sus vidas. «La pasión por Gala fue instantánea […] fue un amor completo, intenso y duradero»  rezaba el pintor.

El amor que se profesaron Gala y Dalí rompía con los cánones de aquellos y de estos días. Uno dependía del otro, y el otro del uno, aunque se rumoraba que no mantenían relaciones íntimas. Ella fungía como la administradora del gran creador, y él la referenciaba en gran cantidad de sus obras, como en la pintura ‘Retrato de Gala con dos costillas de cordero en equilibrio sobre su hombro’, alegando con gran audacia: «Si me gustan las chuletas, y me gusta mi mujer, no veo ninguna razón para no pintarlas juntas».

En la cabeza del genio de afilados bigotes y arrastradas eses, además de su musa, cabían importantes nombres como los de Velázquez, Rafael y Vermeer. De este último interpretó, en el Musée du Louvre, el cuadro «La Encajera», bajo la estricta mirada de los conservadores de la institución y algunos amigos; todos los presentes quedarían azorados al observar en su lienzo unos cuernos de rinoceronte en lugar de la mujer holandesa manipulando alfileres e hilos  reposando en un caballete dentro de una pequeña sala de la pinacoteca parisina. Salvador Dalí hacía de las suyas aludiendo aquel acto a su método paranoico-crítico:un método espontáneo de conocimiento irracional basado en la objetividad crítica y sistemática de las asociaciones e interpretaciones de fenómenos delirantes. El pintor ampurdanés razonaba haber encontrado las curvas logarítmicas del cuadro barroco que dibujaban exactamente unos cuernos de rinoceronte.

Previa audiencia con el Papa Pío XII y los vistos buenos de la recalcitrante dictadura española y su iglesia católica (con quienes llevaban buena relación) Gala y Dalí contrajeron matrimonio canónico en el santuario gerundense de la Mare de Déu dels Àngels el 8 de agosto de 1958. Con este acto se consumaba un amor dependiente en una época en la que la pareja vivía a caballo entre Figueres, Cadaqués y Púbol, , donde Gala era la reina de un castillo gótico catalán. El Castillo de Púbol, en el bajo Ampurdán, fue regalo especial del Marqués de Dalí, aunque el genio podía acceder únicamente por invitación escrita de su amada Gala.

De espíritu libre, la relación entre ambos no parecía flaquear aún a sabiendas de que su esposa mantenía relaciones con otros abanderados del surrealismo. Dalí retrató a su musa en todas las posiciones y desde todos los ángulos: ‘Assumpta Corpuscularia Lapislazzulina’, ‘La mujer visible’, ‘Leda atómica’, ‘La madona de Port Lligat’, etc., hasta que su relación terminó con la muerte de Gala en 1982. Nunca más volverían a estar juntos. Los restos de Gala fueron depositados en su Castillo de Púbol.

La vida, decía el artista, consistía en «Aspirar, respirar y expirar ». Los acordes de Wagner en Tristan und Isolde sonaban de fondo en la Torre Galatea de Figueres (hoy Teatro-Museo Dalí) , cuando el corazón del genio dejo de latir el 23 de enero de 1989. Sería ésta, su última morada, dónde por deseo propio, los restos del genio reposan desde aquel entonces. Este año, un cuarto de siglo después de su muerte, su enigmática historia de amor, el personaje que protagonizó y su producción artística, se antojan lejos de expirar. ¡Hoy Dalí está más vivo que nunca!

7 símbolos de Salvador Dalí

7 símbolos de Salvador Dalí

Entre tijeras y tenedores.

Por recomendación expresa llegamos a uno de los rincones con más carácter de la capital chilena. De no ser así, el peregrinaje hasta la decimonónica esquina de las calles Compañía de Jesús y Libertad se antojaría inexplicable. La Peluquería Francesa atiende a su fiel clientela desde 1925 en el mismo domicilio del Barrio Patrimonial Yungay. El legado que Don Emilio Lavaud dejara por estos feudos ha sido conservado y aumentado, llevando a su colorido edificio y a la sociedad que lo regenta a ser actores principales del barrio contiguo al primer cuadro de la ciudad.

El colorido edificio en la esquina de Libertad y Compañia de Jesus en el santiguino Barrio Yungay-Buenavida

El colorido edificio en la esquina de Libertad y Compañia de Jesus en el santiguino Barrio Yungay-Buenavida

Atrio del Centro Cultural Palacio de la Moneda-Buenavida

Atrio del Centro Cultural Palacio de la Moneda-Buenavida

Santiago de Chile, la ciudad capital del austral país, se presenta culta, moderna y bien organizada. La pujante economía de la urbe se respira en casi todos sus entornos, y las ofertas culturales así lo constatan. Para muestra, un botón: el bien logrado Centro Cultural Palacio de la Moneda  se esconde al frontis del Palacio de la Moneda, y aunque está enterrado en la Plaza de la Ciudadanía, este ‘contenedor cultural’ habla con voz fuerte. El proyecto, firmado por Cristian Undurraga, se hace presente en la ciudad como remanso del trajín cotidiano, amén del fascinante recorrido por su interior. La imponente sala principal, presidida por una gran rampa, se riega de luz natural a través del entramado de concreto que la cubre. Es este espacio el que acoge cautivantes exposiciones, dada su magnitud y la vista obligada de los transeúntes.

Corría el final del siglo XIX y los conspicuos cortesanos acudían religiosamente a la Peluquería Francesa para ser trasquilados en estilo ‘pera napoleónica’, el corte más socorrido por los caballeros santiaguinos de la época. Ni el cambio de domicilio, ni el abandono y la decadencia que sufrió el Barrio Yungay algunos años más tarde, representaron motivos para que los conocidos peluqueros dejaran de atender a sus habitués en las aparatosas sillas de la barbería. El anacrónico salón principal de edificio funge como barbería y salón de peluquería desde el año 1925; en él se respira un aire de otra época. Los años no han pasado por este lugar, ni por los peluqueros que atienden a su fiel clientela. El servicio ha sido ininterrumpido desde su fundación en 1891 y continua vigente en un espacio donde los objetos que existen podrían contar historias.

El salón principal del edificio es la Peluquería Francesa-Buenavida

El salón principal del edificio es la Peluquería Francesa-Buenavida

Uno de los lugares de la Peluquería Francesa donde se practican técnicas de barbería con paños calientes y navaja-Buenavida

Uno de los lugares de la Peluquería Francesa donde se practican técnicas de barbería con paños calientes y navaja-Buenavida

Hace no muchos ayeres que el simpático edificio de aires franceses se transformó para convertirse en lo que se conoce hoy como Boulevard Lavaud-Peluquería Francesa. Intelectuales, músicos, actores de teatro, arquitectos y pintores, hacían de este espacio su centro de reunión, y la inspiración para su creador fue inminente. Cristian Lavaud Oyarzún, nieto del fundador, tomó el carácter tradicional del edificio, la historia de la peluquería y los antiguos enseres de la estética para meterlos en una coctelera y brindarnos un insuperable ‘resto-bar’ en el corazón del emergente Barrio Yungay. Los ricos platillos de corte brasserie se maridan con vinos autóctonos y vinos importados del país galo. El café cargado (intolerable lo contrario), y la repostería afrancesada glorifican los orígenes del fundador y se convierten en un must del restaurante. El comedor se divide en distintas estancias, perfectamente bien ambientadas, que aluden invariablemente a la antigua peluquería que dio carácter al concepto. Antiguas bases de secadoras, empolvadas pelucas y vetustas vitrinas decoran el restaurante y fascinan a sus internacionales comensales en service continu.

El exitoso proyecto apodado Boulevard Lavaud no termina entre tijeras y tenedores. Contiguo al edificio, una pequeña puerta conduce hasta la ordenada trastienda de un establecimiento atípico. El Antiguo Almacén  evoca la esencia de las antiguas misceláneas chilenas para vender en pleno siglo XXI, los mismos productos ofertados antaño en las tiendas de la colonia. Son sus obsoletos colores y la disposición de los productos que, junto con los antiguos afiches de las refresqueras de toda la vida, dan el punto añoso al característico comercio.

Estancia del restaurante-Buenavida

Estancia del restaurante-Buenavida

Detalles del comedor del restaurante  Boulevard Lavaud-Buenavida

Detalles del comedor del restaurante Boulevard Lavaud-Buenavida

Las cosas, sin embargo, no terminan en el almacén. El proyecto más reciente del encargado de perpetuar la tradición, el nieto de Don Emilio Lavaud, lleva por nombre Los Coleccionistas. Un espacio fascinante en el que el acopio de antigüedades se ha dado sin discreción, y los arcaicos objetos se exhiben todos,  uno sobre otro, en dos emocionantes salas a tan solo una cuadra de la Peluquería Francesa. La posibilidad de tropezar es inminente, deseando uno, tropezarse con algún objeto de amplio valor y no caer al suelo al escuchar el precio.

La añoranza de una época pasada se dibuja en cada uno de los espacios del Boulevard. El trabajo de conservación es estupendo y la atención por parte del anfitrión es inmejorable. Al finalizar el recorrido de los espacios a través del tiempo, solo los relojes nos daban cuenta que este había transcurrido por minutos. La sensación de entrar en una máquina del tiempo fue fascinante y nos sucedió, con satisfacción, desde el primer momento en que pisamos el restaurante. Entre navajas, cucharas, ajos y viejas sillas, regresamos a nuestra moderna época después de haber gozado divagando en otros ayeres y constatar que el Boulevard Lavaud es uno de los rincones más emocionantes de Santiago de Chile.

Buenavida

Perspectiva Boulevard Lavaud-Buenavida

La antigua miscelánea  recuperada y renovada en el Antiguo Almacén del Boulevard Lavaud.

La vieja miscelánea recuperada y renovada en el Antiguo Almacén del Boulevard Lavaud.

Los Coleccionistas del Boulevard Lavaud.

Los Coleccionistas del Boulevard Lavaud.

El primero del segundo lustro.

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Con bombo y platillo arrancó el fin de semana anterior la mexicana cita con el séptimo arte. La señorial capital del estado de Michoacán se vestía de manteles largos para recibir a lo más granado de la comunidad cinematográfica internacional. Alfonso Cuarón apadrinaba el primer festejo de la segunda década del consagrado Festival Internacional de cine de Morelia con Gravity. Alejandro, Daniela y Cuauhtémoc, los flamantes creadores de la célebre eventualidad, daban el pistoletazo de salida mientras el aclamado director agradecía la proyección de su cinta en salas. El capricho de Cuarón fue atinadamente concedido y la ceremonia de inauguración tomó lugar en un entorno que no era el habitual. El cacareado largometraje protagonizado por dos de los más conocidos rostros de Hollywood comenzaba con retraso en distintas salas de Cinepolis Plaza Morelia el viernes por la tarde. Obra de Manuel Rocha (padre del arquitecto Mauricio Rocha), el teatro José María Morelos y Pavón ha sido sede de anteriores ceremonias de inauguración, verbigracia la de la décima edición. El estreno de ‘No’ del chileno Pablo Larraín se proyectaba por todo lo alto con Gael García como actor principal de la cinta e indiscutible protagonista del evento en un no muy lejano 2012. El recinto teatral se ha convertido en el sitio oficial de la proyección inaugural de un festival  cinematográfico de talla internacional. Los asistentes a la primera proyección del FICM disfrutamos de Gravity con los lentes bien puestos en formato 3D. Las profecías se cumplían al transcurrir de las imágenes de Sandra Bullock flotando en el infinito. Como apuntaría Carlos Boyero, la película nos tenía en una ‘tensión de primera clase’. No era solo el descontrol de los cuerpos oscilando en gravedad cero lo que nos ponía al filo del desespero; las inmejorables interpretaciones de la talentosa Bullock y el magnífico George Clooney nos obligaban a acompañarlos en su incertidumbre por sobrevivir y su angustia de regresar a salvo a la vida terrenal. La ansiedad se apersonaba constantemente durante la hora y media de proyección. Mientras los astronautas fluctuaban en un abismo espectacular incorrectamente proclamado ‘espacio’, los cinéfilos nos afianzábamos más a la butaca. Los límites del infinito son inexistentes y los cuerpos quedaban constantemente a la deriva dejando como estela un resquemor poco habitual entre los que gozábamos de la epatante función. Fue el desconcierto mismo que nos hizo perder uno de los cabos de la historia.  El cortometraje de Jonás Cuarón se proyectaba acto seguido de los créditos del largometraje de su padre como parte de la historia de la cinta. La aclamada película escrita por el clan Cuarón (padre e hijo) había sido presentada en otras importantes citas de la gran pantalla. San Sebastián acogió de maravilla la película de los mexicanos y la 70 edición de la Mostra de Venecia abría su ciclo con Gravity y sus protagonistas. Tanto allá como aquí la aceptación fue rotunda y los augurios se han ido cumpliendo uno detrás del otro. Ya con la luna a cuestas, puntual arribaba la concurrencia al coctel de inauguración en el insuperable Palacio de Gobierno de Michoacán. La colorida y tradicional Danza de los Viejitos abría la pista de baile colocada en el patio principal del palacio. Bajo la mirada atenta de los revolucionarios de Zalce, los jocundos acordes de la fémina al torno ponían a bailar a los trasnochados cinéfilos. El ánimo nocturno se extendió hasta la tarde del día siguiente con el arribo de una escuálida estudiantina que se paseaba por los portales de la otrora Calle Real de Morelia. El abarrotado corredor compartía viandantes con una concurrida Cerrada de San Agustín. Javier Marín hace uso de este espacio para ponerse a tono con Alfonso Cuarón. Una tercia de colosales cabezas de bronce parece haber caído en la mitad de la ciudad imitando el gesto de la capsula de la Dra. Ryan Stone. El artista lanza el contrapunto poniendo por manifiesto el efecto de la gravedad que el director desafiaba para rodar su película. El emocionante gesto de las habitables esculturas nos generaba, como lo había hecho Gravedad, un sinfín de sentimientos. El encuentro de las artes y  de viejas amistades en un entorno inmejorable, nos conducían al éxtasis mientras chocaban nuestras copas. Por el cine, por el arte, por los amigos y por la ciudad de la cantera rosa.

Zacatecas, tierra de toros.

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El Quinta Real de Zacatecas es un espectáculo fascinante. El hotel destila una vibrante sensación de casta bravía.

El infaltable pretexto de celebrar las fiestas patrias y la inquietud de recolectar nuevas experiencias me ha llevado este año, junto a un grupo de buenos amigos, hasta la ciudad con rostro de cantera y corazón de plata. Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la Unesco, cuna de grandiosos artistas plásticos, y referente indiscutible de la fiesta brava, Zacatecas sabe a México y en su frío aire, además de tequila, se respira nuestra milenaria cultura mexicana. La que fuera la ciudad colonizadora del norte de México en la Nueva España, deslumbra a paisanos y extraños con sus singulares costumbres, lujosos paramentos, valiosos acordes y celebraciones de categoría como sus corridas de toros.

Los aficionados a los toros no son pocos en las faldas del cerro de la Bufa. La decimonónica Plaza de Toros de San Pedro ocupa lo que llego a ser el límite de la «Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora de Zacatecas» (nombrada así por Felipe II, Rey de España, Sicilia y Cerdeña) en la intersección de la calle González Ortega y el acueducto. Erigida en la bonanza minera de finales del XIX, el antiguo coso taurino fungió como anfitrión de inolvidables festejos taurinos hasta la edificación de la Monumental Plaza de Toros de la ciudad, que acoge hoy a los diestros y a su público en Zacatecas capital. La nostalgia de aquellas tardes se puede revivir en el mismo albero (ahora una elegante explanada) por el que desfilaron valientes matadores. La antigua Plaza de Toros de San Pedro es hoy un hotel de clase alta y tradición profunda en el que los acordes de la Marcha de Zacatecas, cortesía de la Banda Sinfónica del Estado, retumban todavía en los tendidos del recinto. El Quinta Real de Zacatecas es un espectáculo fascinante. A la vista, desde el viejo redondel, los arcos de la plaza se funden con los del acueducto ‘El Cubo’ que se recortan con las gradas dejando el cielo como lienzo de la instantánea. Desde la barrera los toros se ven mejor y es aquí donde ahora se disfrutan las viandas. La Plaza es el restaurante del hotel, que dispuesto en 3 niveles, ocupa los tendidos de sombra del ex-coso taurino. Los finos manteles blancos remembran los pañuelos de la peña, agitándose al aire pidiendo al juez los trofeos del matador en faena. En las refinadas mesas del comedor se sirven auténticos platillos regionales. Entre otras exquisiteces, los sopes de cochinita y el tradicional Asado de Boda zacatecano son destacables. La atentísima cortesía de un equipo de profesionales se hace cargo también del Botarel, el bar del hotel situado en lo que un día fue toriles. Por demás queda, mencionar el buen gusto en la decoración del magnífico parador de cuyas paredes cuelgan obras de consumados artistas como Pedro Friedberg y los oriundos de la región: Pedro y Rafael Coronel; a quienes resulta imprescindible visitar en las pinacotecas locales que llevan sus nombres y acogen sus acervos. A través del tiempo, las actividades de la localidad se han manifestado en forma de elegantes monumentos. Los zacatecanos se ponen el oro y la plata por montera y la exhiben a los cuatro vientos. Para muestra, un botón, o la Catedral entera. Erigida entre el barroco y el neoclásico, el churrigueresco templo dista mucho de ser como la casa del moro que ‘por fuera no es nada y por dentro un tesoro’. El delicado detalle de la fachada de cantera rosa, un excelso trabajo de filigrana digno de un platero, es solo el entremés del bacanal espiritual. Dentro del recinto, bajo la cúpula octogonal de la nave central, la luz natural retoca el descomunal bronceado oro de 24k del retablo principal firmado por el michoacano Javier Marín.

De aquellos polvos, estos lodos. La explotación minera de la ciudad, que ocurrió en diferentes intervalos de la historia de Zacatecas, heredó un inestimable bagaje cultural que no se limita solo a las destacables joyas arquitectónicas. A diferencia del oro y la plata, que no se vieron más por estos lares, son estas joyas y los grandes nombres del arte como el de Manuel Fuelguerez quienes fortuitamente hacen el ‘don Tancredo’ y permancen en la memoria de la ciudad. En el ‘lugar donde abunda el zacate’ (del náhuatl, Zacatecas) la celebración de México tiene cabida en lo mestizo, en el encuentro de las costumbres de la madre patria con las de este lugar. Desde la Mina El Edén el corazón de la ciudad late fuerte y mantiene vivo el carácter noble su rostro rosado. Por los retorcidos callejones del casco antiguo, los músicos suenan sus trompetas y tambores mientras animan las míticas callejoneadas zacatecanas. Al toro hay que agarrarlo por los cuernos, y a Zacatecas, por el centro.

http://www.quintareal.com/zacatecas

La Leche te hace bien.

La Leche

Entre latas, botes, frascos y tambos blancos desfilan comensales, meseros y platos con las exquisitas creaciones que se sirven en las impolutas mesas blancas del comedor más célebre de Puerto Vallarta. Los más frescos ingredientes encontrados en el mercado son los protagonistas de los platillos enlistados día con día en los pizarrones negros que dan contraste al característico ambiente monocromático del restaurante. El orden de la magnífica instalación de recipientes blancos dispuestos en enormes anaqueles que ‘abrazan y asombran a los que habitan el espacio’, emulan el carácter de una bodega láctica que se presenta limpia, sobria y elegante. Un almacén sui generis en el que la variedad de sillas dispuestas con atrevimiento llevan la firma de artistas contemporáneos de amplio renombre. El concepto, importado desde la Sultana del norte en 2008, fue ideado por el conocido diseñador gráfico Ignacio Cadena Rubio quien además de hermano, es socio del mediático chef tapatío. El blanco (blanquísimo) del almacén pretende caracterizar un lienzo en el que los platillos forman la composición y reclaman atención en un ambiente cuyo significado radica en ‘exaltar el núcleo del concepto: la cocina del chef Cadena’. La sensación de estar en un manicomio se disipa con la luz cálida y la primer bebida degustada en el Almacén Gourmet de Alfonso Cadena. La irreverencia del chef queda por manifiesto en el restaurante más conocido de la costa jalisciense; es el desconcierto mismo que detona emociones en los convidados al manjar cuyas delicias son servidas en vajillas dispares. Imperdible es un clásico del lugar: el fresquísimo Q.M.T. protagonista recurrente del menú. Con tres ambientes distintos y la atención que amerita las palmas, sobra cacarear el lleno total en el que noche con noche el saludo atento del progenitor del clan Cadena nos alienta a repetir la visita. En una noche de suerte, el cocinero cambia la cuchara por la guitarra para subir al pequeño escenario del comedor principal para hacer gala de sus dotes artísticos que no se reducen únicamente a su programa en elgourmet.com . Bajo la mirada de la fotografía de la mujer manchada de leche, el afamado chef es capaz de rematar la cena en con una experiencia incomparable.

http://www.lalecherestaurant.com/#/home

El ‘speakeasy’ colombiano

Barra NN elespectador

No obstante de tener como rival a la ciudad más innovadora del 2013 (Medellín), entre trancones y ajetreos la caótica capital colombiana se regocija de seguir siendo la ciudad más cosmopolita del país andino. A pesar de situarse al pie de la cordillera de los andes, el norte se pierde fácil entre calles y carreras que convergen y divergen en los atemporales edificios de ladrillo rojo del distrito capital del país. Es la Zona G la que se ufana de contar entre sus direcciones con algunos de los restaurantes más celebres del país además de seguir siendo uno de los referentes del acontecer social de Bogotá. En ella una pequeña pero colorida tienda hace las veces de ‘tapadera’ de uno de los establecimientos mejor concurridos de la ciudad. Los factores sorpresa son la constante del NN, un gran cartel con el nombre Miss Elania enmarca el mencionado almacén, el primer paso al misterioso restaurante. La época de la prohibición en Estados Unidos (1920-1932) es el concepto que trasladan Maurizio Mancini y Gerónimo Basile hasta el centro de Bogotá donde después de tropezar con ollas y fogones, hay que subir una estrecha escalera para descubrir el enorme piano de cola cuyos acordes superan el barullo de los comensales distribuidos en las dos plantas de la elegante mansión de la calle 71. El ‘speakeasy’ colombiano (que de hablar en voz baja tiene poco)  sirve platillos afrancesados de alta calidad creados ex profeso por el chef Nicolas de Zubíria.  Entre la ecléctica decoración del NN (No Name) sobresalen las lámparas ‘art deco’ que riegan de luz la enorme barra por la que desfilan las prohibitivas y más rebuscadas bebidas que se disfrutan a la luz de las velas. Como antaño, el carácter secreto del sitio y la selecta concurrencia del lugar confirman la añeja experiencia neoyorquina que trasladada a un entorno actual inhibe a los convidados recordar el trajín capitalino que ocurre al cruzar de vuelta la famosa cocina del excepcional restaurante.

Calle 71 # 5 – 70, Bogotá, Zona G, Colombia

fotografía: http://www.elespectador.com